No me gusta Tinder, pero...
Me gusta el concepto de que es un supermercado porque de verdad es como ponerse en venta. Seleccionas tus mejores fotos, intentas poner una descripción chistosa o sincera, según lo que buscas, y luego empiezas a deslizar si te gusta o no.
Cuando estás sobrio no hay mucho problema (excepto si eres fijón con las pifias), pero curado el mundo luce un 250% más guapo de lo que en realidad es (comprobado). Entonces, ponerse en venta no es la gran cosa si para comprarte deben tener tu aprobación; la wea es cuando le pones like a alguien que no es "likeable" en la vida real.
Una vez estaba tomando con Martín, mi mejor amigo. Éramos felices en el tercer vaso de pisco cuando chin-chin, "maraco tinder desea comprarte" a.k.a ¡Has hecho un Match!
- Ay, weon. Habla tú con él, por fa.- No me la quería hechar, si el mino igual estaba rico. Ahora que la pienso, bien weón pasarle tan importante misión a Martín.
- Weón, el mino vive súper cerca tuyo.-
- Ay, no creo. ¿Te imaginai' ir a verlo en bicicleta?-
- Weon, ¡Yo lo conozco!- Exclamó el pelado de mierda.
- Puta la wea, no me digai que te lo comiste.- Me sentí derrotado y la quinta piscola pasaba como agua.
- Weon, es transformista.-
-Con che tumare- dije y pensé al mismo tiempo. Creo que también escuché un vaso romperse, ¿existe acaso un ruido más triste?
Como sea, el susodicho era bastante simpático, y sí, vivía extremadamente cerca mío y terminó siendo amigo/conocido de muchos amigos míos. Nunca lo conocí en persona porque después me salí de vitrina. Tuve una que otra experiencia Tinder, pero no fue hasta hoy que decidí ponerme en colección de nuevo.
El pasado nos condena, dicen. A mí no creo (tanto), pero me siento como puberto de nuevo. Encomendado al Tatita nomás y por fa, que esta vez, no sea más rico de mujer que de hombre.