Capítulo Uno:
Ser zorrita.
Porque somos las rompe corazones, porque somos a las que siempre pelan.
Más de algún cahuín se arma cuando entramos al carrete y esperan que entremos con el resultado de VIH negativo bajo el brazo.
Ser zorrita es ser caliente, aperrar hasta las últimas e irte en cuanto el sol asoma por la ventana.
Porque se nace y no se hace, es un instinto que te llevas a la muerte; florece cuando alguien te cae mal y cuando las piscolas te pasan la cuenta.
Suena bacán y como el sueño adolescente de todo marginado social. Porque todos quieren poder, el poder de hacer y deshacer. Sin embargo, cuando la mañana llega, despiertas y ves lo que pudo haber sido una historia de amor convertida en un recuerdo de sexo casual. Uno más.
Porque es un instinto y no se puede controlar. Vas por la vida intentando hacer lo moralmente correcto, lo que para ti es complicado e idealizado. Intentas anteponer los sentimientos antes de lo sexual y sientes que te vuelves vulnerable. Violado por quien pudo haber sido otro polvo sin importancia. Entonces te cierras, buscas refugio como si fueras alguien más, y tu reputación adquiera una nueva mancha.
Una mancha no siempre es hecha por nosotros. A veces llega sola sin que hayamos hecho lo que todos esperaban que hiciéramos. Nos crucifican o estigmatizan sin saber la verdad. Las apariencias suelen engañar, pero en nosotros no son más que el reflejo de quienes somos en verdad.
El amor no nos pertenece; vivimos cayendo por el primer afecto desinteresado (falso) que vemos. Al llegar la noche, salimos a cazar lo que nos empodera; abrimos paso entre quienes nos vuelven peligrosos.
Me siento amado.
Controlo mi cuerpo y la situación,
Quiere lo mismo y quién soy para concedérselo.
el centro de atención.
El cielo nunca quedó tan cerca del suelo,
los ángeles me desvisten.
Mi amor, por favor.
Me he estado guardando para vos.
Me siento amado.
No hay control, más no situación.
Quiere más y quién soy para concedérselo.
Una virgen deseando atención.
alter egos queriendo escribir sobre lo mismo: feminismo, adolescencia y epifanías (2016).
ahora convergen y me miran de frente, conversamos y, pa darme color, escribo por ella.
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lo más coherente
segunda mitad del segundo (cuarto) semestre.
entonces... la semana anterior a mi cumpleaños, el fin de semana para ser más específico, me fui a Valparaíso, a los mil tambores para ...
introducción.
primera página:
odio las introducciones...
en realidad no, pero siento un cierto de repudio hacia ellas. es que para ser sinceros, como todo el mundo, poseo la triste ansiedad de querer todo rápido. las introducciones son como la amiga calienta sopas, muy maraca podrá ser la weona, pero no te da la pasa. ¿por qué? porque no es maraca, sólo caliente, y por muy caliente que sea, tampoco se va con cualquiera; y ahí nos encontramos todos, menos el pololo, en la categoría cualquiera.
entonces, cuando me toca leer un libro que posee introducción, digo: ojalá no sea como una introducción, porque tampoco sé cómo se hace una buena introducción. en el colegio la profe me decía que le faltaba algo para que estuvieran "realmente" bien. y yo me pregunto: ¿no me podía decir la conchesumadre qué le faltaba para que estuvieran "realmente" bien?
queda súper poco para entrar a clases y hasta ayer no había tomado consciencia de que el verano no era eterno. me dio una pseudopena porque tampoco es que me vaya a poner a llorar. al fin y al cabo tampoco iba a poder salir más y es por eso que estoy escribiendo este blog.
así es; no es un capricho ni deseo intelectual, estoy castigado y hace tiempo que quería hacer esta wea.
aquí vamos.
odio las introducciones...
en realidad no, pero siento un cierto de repudio hacia ellas. es que para ser sinceros, como todo el mundo, poseo la triste ansiedad de querer todo rápido. las introducciones son como la amiga calienta sopas, muy maraca podrá ser la weona, pero no te da la pasa. ¿por qué? porque no es maraca, sólo caliente, y por muy caliente que sea, tampoco se va con cualquiera; y ahí nos encontramos todos, menos el pololo, en la categoría cualquiera.
entonces, cuando me toca leer un libro que posee introducción, digo: ojalá no sea como una introducción, porque tampoco sé cómo se hace una buena introducción. en el colegio la profe me decía que le faltaba algo para que estuvieran "realmente" bien. y yo me pregunto: ¿no me podía decir la conchesumadre qué le faltaba para que estuvieran "realmente" bien?
queda súper poco para entrar a clases y hasta ayer no había tomado consciencia de que el verano no era eterno. me dio una pseudopena porque tampoco es que me vaya a poner a llorar. al fin y al cabo tampoco iba a poder salir más y es por eso que estoy escribiendo este blog.
así es; no es un capricho ni deseo intelectual, estoy castigado y hace tiempo que quería hacer esta wea.
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