Supongamos que muero: da lo mismo como, aunque siempre he encontrado dramático morir atropellado, o en alguna acción heroica altruista muy evitable.
Morí. En verdad, no me debería importar lo que pase después del corte a negro. Pero la vida sigue porque -aunque me cueste- la vida no está atada a mi existencia. Entonces ya, me morí. ¿Y ahora?
Lo primero en que pienso, es en mi mamá llorando mucho y que inevitablemente revisará mis cosas durante el duelo. Luego pienso en que igual sería bacán preparar lo que pase después de mi muerte; no dejar todo preparado tipo suicido, sino como tipo: si queda la cagá, rompa el vidrio. Cartas de despedida, notas finales, o lo que sea que quieras decirle a alguien y que te recuerde a través de esas palabras. Otras veces pienso en dejar misiones, pero eso ya es muy sacado de películas no de mi gusto, así que no. Encuentro bacán dejar cartas o cosas así, pero sería raro hacerlo si no fuera por suicidio; quizá por enfermedad, pero sería del tipo de enfermedad que nadie sabe que tienes y por ende te mueres de repente.
Hoy me saqué nudes y pensé que si me moría, mi mamá eventualmente las vería.
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