Imagina que han pasado meses desde que terminó la temporada que devoraste en dos días, casi un año esperando inconscientemente con las previas que Netflix, de calienta sopa, comparte por redes sociales. Antes, si no recordabas que hueá había pasado estabas obligado a repetir la temporada, el último capítulo, o buscar su resumen challa en Wikipedia (o en su defecto, las wikis hechas con amor por fanbases). Ahora (Netflix al menos), te pasa un video tipo previa para refrescarte la memoria.
No he publicado nada en meses, así que lo anterior es bastante inútil más que para relleno. No obstante, el motivo de esta entrada es para excusarme por no publicar y, a la vez, explicarle a la vida (porque tiene más sentido hacerlo en la internet que en mi libreta personal) por qué volveré a usar el blog.
Como sea, refrescando mi propia memoria, -y reprimiendo mi pensamiento de que publicar porque sí es demasiado posmoderno para tolerarlo- sigo soltero, la vida universitaria es comparable al primer amor adolescente, y hasta el momento no me he pegado ninguna ETS. Dos de tres no es nada mal para quien no le gusten los cambios, sin embargo, la vida, desde la percepción sin límites de los ojos de un universitario, profundizó de sobremanera las crisis existenciales que en algún momento llegué a sufrir. Ya no con la angustia de un destino desconocido, impetuoso e inminente, sino como cuando vas en la micro camino a la casa de un amigo que nunca has visitado, llevas caleta de viaje, no sabes dónde chucha estás porque no tienes internet móvil, y la gente va demasiado enajenada como para prestarte atención. Decides confiar en lo que te dijeron, y según eso, aún no te pasas entonces esperas que falte poquito. Tal angustia sólo difiere de la crisis universitaria -a.k.a segunda adolescencia- en que estás consciente de que falta caleta para titularte, pero aún así es sientes como si debieras saberlo todo respecto a todo, incluyéndote, para el día después de mañana.
Como adolescente, y persona natural buena para evadir lo que signifique una existencia menos fácil, decidí posponer, sino ignorar aquella angustia esperando que se resolviese en algún momento de la vida. ¿Cómo? Escuchando nueva música, influenciada por nuevos amigos, y -obvio- con mucha marihuana.
Hechos relevantes so far: primera marcha, primera participación activa en una toma, primer motel.
Que pasen los créditos!
-
En mi ambición narcisista de exponer mi vida ante los ojos de cualquiera, mi siguiente post será describir mi vida actual desde los tópicos de música, amistad (quizá sexo), y marihuana. ¿Por qué marihuana? Porque aún no pruebo el ácido (que está en mi top list de cosas por hacer) y es básicamente la causa de que volviera a escribir. No ahondaré en detalles porque quizá vuelva a dejar botado el blog, quién sabe.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario